.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
poetastra yo me festejo los miau más que mi autosuficiencia
al mismísimo autismo que hostiga la pérgola de cedrón
como si fuera francisca villa victoria fea monigote empinada en ti
aún más acalambrada en ese collage de tres colores
en varietés
escultórica minimalista a tutiplén pecorilla
no hay límites
lazarus de seguro lamberta redimida en tu propio hiato
alienígena monosépala gallita en los espolonazos señora del desquicio
gatuela
chascona que serpentea sus marcas feromonales
golosa jerarca por olfato
calorífica debajo del rojo visible
elongando como un jayán, milord, no preguntes
ahora
cuando el pájaro afirma mi esqueleto faltan dientes
para recoger tus palabras.
Entradas
tus vuelos entre líneas me estremecen
ResponderEliminarPara Rocío L’Amar
ResponderEliminarAl otro lado de la cerradura
¿Y no será que tú,
mariposa celeste, has escondido
bajo tu falda el hambre que yo tengo,
la academia del beso, entre tus labios,
y has hecho de mi sed el doble vértigo
de esperarte y tenerte a ti esperando?
Le dije, y, al instante, me mordió, tácitamente,
en la oreja la voz de sus susurro:
“se acabó, no me esperes nunca más,
no vuelvas a esperarme, sólo tómame
cada respiro tuyo. Rompe el aire
y almidona en tu boca mi aleteo.”
No sospeché del fuego, y el demonio
encadenó mi cuerpo a sus palabras.
José Pejó Vernis
Bello poema amigo José, hijo de la madre patria, a la distancia no acabas de instuir que no hay doble vértigo, nadie te espera ni te morderá la oreja, sólo es un sueño tuyo, porque en estas tierras Sherlock Holmes tiene rostro y saborea los besos de esa mariposa celeste.
ResponderEliminarAlbin, estimado amigo, si la señorita personalidad es capaz de estremecerte, estoy feliz, se cumple el objetivo del poema,
ResponderEliminargracias, desde Chile otoñal, Ro
ah, estimado José, qué triste es ser una poeta de carne y huesos, sin más jergón que la fragancia de las letras, sin más vida que la vida del poema, sin más oxígeno que los muertos encerrados en sus fosas…
ResponderEliminargracias por dejarme ese dios que habita en tu poema... Ro
me encadenas, cual esposas, al misterio de la existencia estimado Adrián... pero los amantes trituran las caricias y los besos con los dientes del amor, ... sabes tú de eso,
ResponderEliminarRo
mi amada Ro, mis cadenas son de amor, tu las puedes romper con una palabra, pero se que serán eternas y si hay algo que no sepa, estoy seguro que con paciencia y ternura tu me lo enseñarás, encontraras el mejor alumno que jamás podrás tener.
ResponderEliminarLos poetas , exacerban sus letras ante tus versos , vuelan , se desprenden de lo terrenal , con tu poesía , y yo... , no dejo de venir aquí , es de mi agrado, exacerbado, presenciar tal frenesí .
ResponderEliminarAyyyyyyyy... amiga, cuanto cuidado ha de tener quien busca, olfateando palabras.
ResponderEliminarEstremecida de tanto fuego te leo ...y no dejo de sonreir.
besos
Exquisita poeta me movilizaste...y no es poco!!
ResponderEliminartqm:-)
adorado Pablo, la niña se adivina en el trazo, sueña como tú, poeta, naciéndose para amaros a cada uno de ustedes que visitan esta casa...
ResponderEliminarAnita Margot, es que los poetas somos muy golosos... olfateamos a la distancia el perfume del amor, o será la pasión?
ResponderEliminarmovilizar a una artista plástica, como tú, hermanita, mi Elsa, es un gran logro... me siento complacida infinitamente por tu amor
ResponderEliminarIrreverente, hormonal, sensual, soberbio...
ResponderEliminarUn beso.
es que yo, al igual que tú, Taty, soy amante de todo tipo de estímulos, jajajaaaa
ResponderEliminarTan ROCÍOLAMARESCA,estilo propio, personal hasta la médula...Aunque no lo firmaras y lo encontrara escrito en una piedra sabría quien es la autora.
ResponderEliminarvos si sabéis de elogios estimada Marilen...
ResponderEliminarsólo otr@ poeta sabe distinguir el sello de la escritura, gracias hermanita, bendiciones para vuestra poesía que nada le falta y merece de mi parte también elogios,
dejé huellitas en tu blog,
tqm, Ro