de
hecho, el problema no son las doce y cuarto que acalla la quietud sino el gesto
de callar con la misma boca de agosto lo perra de abril y más, la noche es
calva.
* Los
romanos humanizaban a la diosa Ocasión como una mujer hermosa, con una larga
cabellera por delante y completamente calva por detrás y con alas en la espalda
o en los pies, como símbolo de la fugacidad con que pasan ante el hombre las
buenas oportunidades. Sostenía, además, un cuchillo en la mano derecha e iba
encima de una rueda siempre en movimiento.
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