soy el insomnio que se
liberó de su horquilla
ROCIO L’AMAR
una vez que la línea blanca se
acomoda sobre un blanco abierto, todo latido animal es irredimible,
-qué me pudro, diría la palabra, por
temor a no ser-,
me enseña la fosa y desenseña los
huesos, a un segundo del haraquiri, vamos en traje de rigor de alas el verbo, la
mueca y el ceño como si fueran verdugos de la que está en la piedra más gruesa,
y porqué no llamarte mísera sordera también mi bella sombra, qué salga qué
salga qué salga a escena la muerte más larga el insomnio ha finalizado.
La noche se alarga adormeciendo al tiempo que no avanza ni un ápice. Es entonces que la muerte me asedia inmisericorde, convirtiendo mi sueño en pesadilla y el insomnio en mi verdugo... Cariños de Marianela.
ResponderEliminarlas sombras pasan y se desvanecen, comadre, más allá del pensamiento y del no-pensamiento. tqm
EliminarLa muerte más larga es la física mi niña... las otras muertes dejaron de existir cuando el tiempo de la Yuga... luego ha de venir la noche de Brahma .. y Tal vez ... solo tal vez se detenga la consciencia.
ResponderEliminarcomo es sabido cada oscuridad es seguida por una luz, así, lo que parece en algún momento una desventaja evidente/mente también tiene una ventaja, ... estimado Hernán, tan aserto, especialmente para este poema.
Eliminardaria dos meses de mi luz para que uno de tus poemas despertara la conciencia de los que te leen y vieran lo que yo veo en ellos.
ResponderEliminarqué ves en los poemas, estimado Hernán, que los/as otros/as no vean/lean...
EliminarComo la vida misma. A veces el insomnio finaliza y la palabra se libera, se redime, como en este bello poema. Y todo pasa. Abrazos!
ResponderEliminarEstimada Julia, siiiiiii todo es posible entre el crepúsculo y el amanecer... GRACIAS por tu visita.
Eliminardesde Chile recibe mi abrazobeso de luz, Ro
Cuando la palabra se queda en el tintero, los sentimientos se vuelven invisibles, como la noche en su largo acecho, donde se muere a medias sin pena ni gloria, mientras, aparece la alborada y nos invita a revivir, a volver a nacer. así lo veo yo. Un abrazo Rocío
ResponderEliminarpara el escritor/poeta el "blanco" siempre será un desafío mayúsculo, estimada Lumi, escribir sobre él, una vez y otra vez y otra vez. GRACIAS por tu visita, desde Chile, Ro
ResponderEliminarlo que vive no puede ser lo vivido, ni lo por escribir, ya escrito, muerte larga, que no se disuelva pronto, que tenga su momento de gloria mientras la vida que supone la muerte se desvanece...un segundo más, un segundo menos...el poema despierta, el insomnio se aquieta, la luz ha superado a la sombra...hasta que la muerte larga, se desvanezca, el insomnio vuelva, y la poesía vuelva a exigir su renovación en un nuevo poema. ABRAZO.
ResponderEliminarmi varona, la parte no utilizable de la energía contenida en la escritura, es el reto... lo quiero todo, siempre, hasta "el blanco del papel"... entre otros "blancos", si el lector/a hiciera una segunda lectura. abrazos, entrañables.
ResponderEliminarel blanco del papel es el blanco...su centro cuál mandala, ser poblado de la cuadratura del círculo, con las flechas de A-polo, sin polor....han de unirse los contrarios...ABRAZOS.
ResponderEliminaren realidad la llave blanca para abrir el “arca”, que está en el centro del blanco, es decir, en el/mi mundo interno, para conocerse/me a sí/mí mismo/a por medio del conocimiento intelectual, queridísima Silvia, es la/mi búsqueda, la llave es la razón, principio de la sabiduría infinita, y fin de todas las cosas... la perfección individual, en medio del círculo de la vida, la cuadratura del círculo, como bien dices. abrazos, Ro
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