aunque soy lo femenino y
masculino que se secó en mi cuerpo,
todo
comienza otra vez pariendo...
ROCIO
L’AMAR
si dibujara, sería una serpiente en círculo en
diálogo, como debería ser la gozada, y en ese tránsito de fuego, de
tragarnos mutuamente, habría algo monstruoso, pero formidable, un destino
fenomenal suspendido en su larvario, para retornar a la herida, o a ninguna, o tal
vez al poema que, de seguro, quedará presenciando el brevísimo paso de una boca
a otra,
soplo suavecito,
cuando la mano se sostiene de su músculo tensor, a lo hecho, coraje, hasta
parir en la perversidad del verbo,
si dibujara.